Al acecho de tu huella
se superponen el mundo y el mundo
Una vez prohibida la alegría
Ya para qué, para qué te busco.
Percibo sobre mí tu mirada clandestina.
Ya no es tanto. Ya no es todo.
Igual sospecho una emboscada
En la encrucijada de mundo y mundo.
En mí los dos, muchos caminos
Y hacia largo trecho se conducen.
Es el mundo dos serpientes revoltosas
Que entre sus lenguas juegan un mismo veneno.
Chama
No hay comentarios:
Publicar un comentario