sábado, 28 de junio de 2014

Había una vez... (desfile literario) II

No vale la pena en realidad tanto exilio.

Che, me decía en esa época, qué esperás para venir conmigo. Y yo la dejaba ir con esa vieja mala costumbre de Eva que la llenó de telas, que la hacían sentir proscripta en tanto paraíso. Es que tenía esos aires de etérea y no iba a ser yo el que la desmintiera.

Se había acostumbrado a estar yéndose.

Mirá, le dije una vez, si te cansás de todo eso podés venir a buscarme. Parece que nunca se cansó o no la convenció este otro ostracismo. No sé qué fue después de ella. Las calles la digirieron o se fue tan lejos que se hizo invisible. Sí sé que desde la última vez que estuvo acá, está cada vez más presente. Que su retiro no me abandonó. Que la seguí aunque me quedé.


De dónde estarás yéndote ahora que te extrañó. A quién dejarás en noches como estas en las que me pregunto si vale la pena en realidad tanto exilio.

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