sábado, 20 de diciembre de 2014

TRISTEZA DE BAR

TRISTEZA DE BAR

Un vaso se desfondó
las trizas llegaron hasta los vidrios de la ventana.
Los cristales de los anteojos
y relojes en mil pedazos
tus ojos
cristalinos
no quedaron impunes.
Un vaso triste se desfondó.



Y atmósfera



El café enmohecido
el mantel desgastado
un menú que sabemos de memoria
la misma música de ayer
y ese rostro que persiste, divagando



Propina



No sé si alguien la dejó olvidada
o fue una atención de un caballero agradecido
bajo la yema de mis dedos
duerme el filo de una poesía
escrito en la mesa con cuchillo.



Regreso a casa



A lo lejos tiembla como un Dios expectante
el aullido de un perro
el perro vagabundo de una luna honda.





Profundidad de un silbido en la vereda derecha de una calle oscura. 2 de abril de cualquier año.


Silbé y silbé.
Hacía frío.

Y no tuve huevos para escucharme.

No hay comentarios: