Los días han borrado los nombres
De los rostros que hicieron mi
historia.
Han sido pocos hombres guardando
mi memoria
Los que me rescatan de la muerte:
Momentos amigos que perduran
Y transitan mi suerte. Los
velorios apuran
La tristeza de la soledad,
Abrazo tuyo y de luna llena.
Reposad, anidad en mí, paciencia
de arena.
Desde los espejos de la nada
Me miro en una luna de ausencia,
Se pierde mi mirada por nubes de
su herencia.
Y vos estás tan lejos que da
asco,
Y yo estoy tan triste que da
miedo
Y a veces yo no nazco, y a veces
retrocedo.
Mis días son siempre menguantes
Y vos que siempre hablás en
creciente
A mis sueños errantes. Desde tu
rostro ausente
Se pierden tus palabras escritas
Y también tus virtuales caricias.
Desde lejos suscitas tu fragor de
delicias
Al ver la luna con bellos ojos.
Hoy son dos paraísos prohibidos
A todos mis despojos en la luna
perdidos.
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