sábado, 1 de noviembre de 2014

MISIONERO


Para llevarte hasta el pobre,
para alivio del sediento,
para ellos eres mate
y tu sangre se hace riego.

Es que naciste mate
y no mate te hicieron,
y desde que eres semilla
eres joven misionero
y una mano silenciosa
te acarició entre sus dedos.

Brotó verde tu palabra
como eco lleno de tiempo
creciendo tan vertical,
sed nueva de cielos nuevos.

Te cortaron de raíz,
estando de savia lleno,
te han secado las venas
para llevarte más lejos.

Te guardaron al oscuro,
te trituraron con celo
para dejar lo que fuiste,
para dejar hasta el cuerpo.

Y ahora buscas el milagro,
aquél sagrado misterio
de hacer que el pie de Cristo
deje huella wichi en el suelo.

Te preguntás tan callado
porqué entonces tan lejos
teniendo aquí tanta tierra
tenés sed de cielos nuevos.

Qué mano tan silenciosa
te acarició entre sus dedos,
te sembró entre esperanzas
y su sangre se hizo riego.

Te preguntás tan callado,
con los ojos en el suelo,
con la retina en la tierra
y la mirada en el cielo.

Con la bombilla en la boca
te sonreís en silencio,
al ver al mate tan rico
tan compartido y del pueblo


Vos también te sentís mate,
un mate extraño y perplejo,
un mate que se pregunta
quién con su sangre se hizo riego.

Quién te eligió entre mejores
por ser pobre, por ser ciego,
por no tener por riqueza
más que tu fe y silencios,

te rescató de la muerte
al sepultarte en el suelo
y estabas allí tan vivo

pareciendo estar tan muerto.

No hay comentarios: