Coplita,
copla, coplero,
agostadas al
desierto
salitral de
las canciones.
Hay una copla
secreta,
la copla de
la verdad,
para el que
tiene sed de agua
es un cántaro
de sal.
Así era tu
alma mía
que cuando la
quise ahogar
respiraba con
más fuerza
y empezaba a gritar.
Yo siempre
fui solitario,
yo nunca te
quise acá,
si alguna vez
te acercaste
mi bien, fue
por mi mal.
Yo que estaba
perdido,
yo cansado de
andar,
al jarillal
de tu pecho
tan lejitos fui a parar.
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